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Ilustración y composición realizada por Aguante

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Ancla 1

AGUANTE

22.05.2021

Tal vez el episodio más dramático de las protestas contra el  primer mandato del gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002 -2006), fue la muerte de Óscar Leandro Salas Ángel (2006), un estudiante de 20 años de cuarto semestre de Lingüística de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas de Bogotá, que era escritor y radioaficionado.

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El 7 de marzo de 2006 Óscar Leandro Salas cruzaba el puente de la calle 45 con 30, cuando en la entrada principal de la Universidad Nacional, en donde se llevaban a cabo las manifestaciones contra el Tratado de Libre Comercio (TLC), fue impactado por una recalzada -instrumento construido en vainillas de gases lacrimógenos, rellenas de material de metralla, como fríjoles, bolas de cristal, fragmentos de metal y tachuelas que son comprimidos sobre pólvora negra y sellados con cartón- del Esmad que entró por su globo ocular izquierdo y se alojó en su cabeza ocasionándole posteriormente una muerte cerebral. 

¿ qué SON LAS RECALZADAS?

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Ancla 2

Óscar Leandro Salas Ángel fue llevado vivo a la Clínica Fundadores, sin embargo, tres días después y debido a la gravedad de sus heridas, murió. 

El parte médico del hospital indicó que al joven de 20 años se le incrustó una canica de cristal en la cavidad craneana, la cual le causó daños cerebrales irreversibles. Tras su fallecimiento, el Fiscal General de la Nación de ese tiempo, Mario Iguarán, afirmó que los informes técnicos señalaban que ese ‘implemento’ suele utilizarse en la fabricación de papas bombas que suelen utilizarse en acciones violentas que enturbian las manifestaciones. 

Los indicios apuntan a que el joven fue asesinado con un arma no convencional lanzada por el Esmad. A raíz de ello la prueba más contundente fue el testimonio de uno de los miembros de Esmad que estuvo reprimido durante el tiempo de protestas. Sin embargo, en una declaración dada a la Procuraduría el 29 de enero de 2009, el expatrullero aseguró que cuando el escuadrón se preparaba para salir a ejercer control en la protesta, el mayor de la Policía Rafael Méndez les dijo: “Súbanse con todos los juguetes”. Entre los ‘juguetes’ más representativos se encontraban las cápsulas de gas lacrimógeno rellenas de canicas y explosivos que son más conocidas en el argot policial como recalzadas, esto recibe este nombre ya que se convierte en una ‘vainilla’ reutilizada.  

“Le agregan 2 cucharadas y media de pólvora y nuevamente la tapan con cartón y le echan las canicas, los bolones o shakiras. Y luego, nuevamente le echan otra cucharada de pólvora y la sellan con cartón y parafina. Eso al introducir en el truflay disparar salen como si fueran perdigones las canicas. Siempre se tienen 100 papas bomba en cartones de huevo para incriminar a los estudiantes". (Declaración de expatrullero del Esmad a noticias uno, 2012).

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Archivo extraído de YouTube: ArchivoNoticiasUno

“Y él cuando llegó a la marcha - porque este ni siquiera estaba en la marcha - llegó allá a cumplir la cita que tenía con las compañeras y mi hijo. Incluso él estaba era en el puente. A él le dispararon de abajo de la plazoleta de la Universidad, de afuera, hacia arriba, hacia el puente. [...] El caso es que sí, allá, encima de ese puente fue que le dispararon. Y pues, según los testigos, cayó en el pie de algunos de sus compañeros y lo recogieron y lo echaron en la ambulancia” (Ana Benilda, 2019. Entrevista semiestructurada realizada por Temblores ONG)

El relato que Ana Benilda, madre de Óscar Salas, dio sobre de los sucesos que acontecieron ese día dice que:

Cuando Oscar cayó, él llevaba una camiseta blanca, el muchacho. Y dice que se la quitó y se la puso a Oscar en la cara para pararle la sangre. Entonces que la camiseta se ve roja es de sangre, más no era ninguna capucha ni nada de eso. Que era que la camiseta se la había puesto así para taparle la sangre, que la camiseta era blanca y quedó totalmente roja, pero de sangre. (Ana Benilda, 2019. Entrevista a profundidad, Temblores ONG)

Esta aclaración la realizó con el objetivo de desmentir al Estado, debido a que según ella estos hicieron ver a su hijo como un ‘vándalo’ más de la manifestación. No obstante, la Fiscalía General de la Nación que desde el principio reprodujo la versión de la Policía Nacional, aseguraron que la canica que mató a Salas salió de una ‘papa bomba’ lanzada por los encapuchados que se encontraban en la manifestación. 

En el momento en que Óscar Leandro Salas Ángel cae herido, según el testimonio dado por este expatrullero que decide no identificarse por seguridad, escucha a través del radio de un suboficial que se encontraba cerca de él la orden de detener las recalzadas, porque le dieron en la cara a un joven y como consecuencia de este acto violento no querían que la institución cayera en el ojo del huracán de los defensores de derechos humanos. No obstante, cuando la muerte de Óscar fue difundida, informada y publicada por los medios tradicionales de Colombia, el comandante operativo de la policía en este caso, el general Alberto Ruiz, manda a recoger todo elemento probatorio, entre ellos los catres y las cómodas para que no quedara ninguna canica visible en las calles de Bogotá. Los rastros que habían quedado en la zona se los llevó un patrullero en una tanqueta, quien recibió la orden de desaparecer, destruir y enterrar las evidencias en el basurero de Mondoñedo, en las afueras de Bogotá. 

Al respecto, Ana Benilda, la mamá de Óscar, afirmó que la muerte de su hijo fue planeada y tenía como objetivo la reducción de las constantes movilizaciones que se estaban presentando en contra del TLC. 

Después de la muerte de Óscar Salas, su mamá ha luchado por buscar justicia y conocer la verdad de quién asesinó a su hijo. Como se mencionó anteriormente, Ana Benilda afirma que esta muerte no fue accidental, sino que había sido planeada con el fin de reprimir las protestas y generar miedo en los manifestantes para así disuadirlos, es allí donde justifica que de ser cierto que su hijo murió por el disparo accidental de una recalzada propiciada por el Esmad, la actuación de esta institución y la Policía Nacional confirmaría que esto no hizo parte de un accidente, sino de un asesinato que incluiría la conformación de grupos de intimidación para ella y su familia si no permanecían en silencio. 

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Ante este panorama, la mamá de Óscar ha solicitado a esta institución no solo que se le brinde protección, debido a que por sus múltiples denuncias ha sido amenazada y desplazada continuamente, también reclama y exige la separación del cuerpo de la policía y agentes del Esmad, como los principales implicados en el asesinato del joven universitario como lo ha venido denunciado en compañía de un exintegrante del Esmad que aportó una declaración de vital importancia ante la Procuraduría General de la Nación en el año 2009 en la que se identifica los nombres de los responsables de los hechos, entre ellos se encuentran: 

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“El mayor Rafael Méndez, capitán César Torrijos Devia y los patrulleros, Edwin Ricardo Alba, Rolando Bautista Murcia, Noé Alfonso, Carlos Andrey Giraldo Nivia, Arley Lozada y Carlos Jaramillo”. Como lo destacó Temblores ONG, en su artículo ‘Silencio Oficial’.

Ana Belinda suele recordar que las amenazas eran: 

Muy groseras y contundentes que incluso la última que me hicieron a mí, que ya decidimos empacar cuatro cositas y correr fue cuando llegué un día del colegio y timbró el teléfono de la casa y entonces me dijeron que específicamente en pocas palabras ‘Corra hijueputa que le vamos a chuzar el culo’. Esa fue como la que disparó absolutamente todo el nervio y ya había sucedido como lo del intento del secuestro de la niña, ya también las llamadas a mi hijo, a mi hermano, un periódico con letras pegadas donde decían que los sapos mueren por la jeta. A mí que no pusiera más flores en la puerta de su casa, que eso fue un recorte de periódico donde decían que asesinaron a Oscar. (Ana Benilda, 2019. Entrevista a profundidad, Temblores ONG)

Como se ha venido evidenciado lo largo de este escrito las intimidaciones y amenazas en la familia de Óscar Salas han sido constantes y han afectado el bienestar de esta, puesto que Julián Salas, hermano de Óscar, que estudiaba en la Universidad Nacional, debió interrumpir su estudio a razón de su hostigamiento por las intimidaciones constantes, con relación a ello la familia tuvo que salir de manera inmediata de la ciudad de Bogotá producto de las amenazas.  

Ancla 3

El asesinato de Salas ha sido catalogado como un homicidio cualquiera. Sin embargo, existen evidencias sustanciales del uso de recalzadas para reprimir las manifestaciones sociales. Adicionalmente se ha demostrado que los familiares que buscan justicia, verdad y reparación frente al abuso de poder son amenazados, como le ha sucedido a Yuri Neira el padre del joven Nicolás quien murió luego de ser golpeado en la cabeza por una cápsula de gas durante una protesta en el día del trabajo. Neira, optó por radicarse en España como un método de escape de las amenazas. 

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¿Por qué la justicia no avanza cuando hay miembros de la Fuerza Pública involucrados en hechos homicidas o violentos?, ¿por qué si hay un testimonio de un implicado directo los casos siguen en indagatoria y no hay un proceso de justicia penal ordinaria?, ¿quién amenaza a los familiares o a las víctimas directas que buscan justicia en los casos donde se evidencia abuso de poder? Estas son algunas de las preguntas que Ana Benilda la mamá de Óscar se ha hecho durante todo este proceso de reparación y justicia. 

En la actualidad se desconoce si ha existido o habrá un proceso condenatorio en contra de los responsables del caso.

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